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“El futuro no se construirá con la fuerza, ni siquiera con afán de conquista sino mediante la aplicación del método democrático, el espíritu de consenso constructivo y el respeto a la libertad”

 

Alcide De Gasperi fue un político italiano, a quien –junto con Konrad Adenauer, Robert Schuman y Jean Monnet– se le considera como «padre de Europa», ya que contribuyó decisivamente en la creación de las Comunidades Europeas.

De 1945 a 1953, en sus papeles como primer ministro italiano y ministro de Asuntos Exteriores, Alcide De Gasperi forjó el camino del destino del país en los años de posguerra.

Nació en la región del Trentino-Alto Adige (Tirol del Sur) que, hasta 1918, perteneció a Austria. Junto con otros estadistas excepcionales de su tiempo, hizo campaña activa por la unidad europea. Sus experiencias de fascismo y guerra -fue encarcelado entre 1927 y 1929 antes de encontrar asilo en el Vaticano- lo llevaron a la convicción de que sólo la unión de Europa podría evitar que se repitiera.

Promovió iniciativas destinadas a la fusión de Europa occidental, trabajando en la realización del Plan Marshall y creando estrechos vínculos económicos con otros países europeos, en particular Francia. Además, apoyó el Plan Schuman para la fundación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, y ayudó a desenvo-lupar la idea de la política de defensa europea común.

 

PRIMEROS AÑOS

Alcide De Gasperi nació el 3 de abril de 1881. Su padre era un policía con pocos medios. Creció en la región de Trento que, en aquel momento, era una de las zonas de habla italiana dentro de la gran agrupación multi-nacional y multicultural de naciones y pueblos del Imperio austrohúngaro. Como no había universidades italianas a las que pudiera asistir con una beca de estudios, fue a Viena en 1900 para estudiar filología. Allí se convirtió en un activo en el movimiento estudiantil católico. Fue durante estos años de estudiante que pudo perfeccionar las habilidades mediadoras que más tarde se convertirían en tan esenciales durante sus años políticamente activos. Cuando se graduó en 1905, regresó a Trentino, donde se convirtió en reportero del diario La Voce Cattolica. En ese momento también se convirtió en políticamente activo en la Unione Politica Popolare del Trentino y fue elegido en 1911 para repre-sentar Trentino, en la Cámara de Representantes austrí-aca. Utilizó esta posición para hacer campaña para la mejora de los derechos de la minoría italiana.

 

EXPERIENCIAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y LA ‘IDEE RICOSTRUTTIVE’

Aunque De Gasperi se mantuvo políticamente neu-tral durante la Primera Guerra Mundial, simpatizaba con los esfuerzos del Vaticano para poner fin a la guerra. Cuando terminó la Primera Guerra Mundial en 1918, la región natal de De Gasperi pasó a formar parte de Italia. Un año más tarde, cofundó el Partido Popular Italiano (Partito Popolare Italiano – PPI) y se convirtió en uno de sus parlamentarios en 1921. A medida que los poderes fascistas en el gobierno italiano bajo el liderazgo de Mussolini crecían en fuerza, utilizando abiertamente la violencia y la intimidación contra el PPI, el partido fue ilegalizado y disuelto en 1926. El propio De Gasperi fue detenido en 1927 y condenado a cuatro años de prisión. Con la ayuda del Vaticano fue liberado después de 18 meses. Se le dio asilo dentro de los muros del Vaticano, donde trabajó durante 14 años como bibliote-cari.

Durante la Segunda Guerra Mundial escribió La Idee ricostruttiva (Ideas para la reconstrucción) que formaría el manifiesto del Partido Demócrata Cristiano, fundado secretamente en 1943. Tras el colapso del fascismo, De Gasperi se puso al frente del partido y sirvió como primer ministro de 1945 a 1953 en ocho gobiernos consecutivos. A día de hoy, este récord de longevidad política en la historia de la democracia italiana sigue sin sesgo.

 

PAPEL EN LA INTEGRACIÓN EUROPEA

Durante la llamada “era De Gasperi” Italia fue reconstruida estableciendo una Constitución republicana, consolidando la democracia interna y dando los primeros pasos hacia la reconstrucción económica. De Gas-peri fue un entusiasta defensor de la cooperación internacional. Como responsable de la mayor parte de la reconstrucción italiana de la posguerra, estaba con-vencido de que Italia necesitaba restaurar su papel en la escena internacional. Con este fin trabajó para crear el Consejo de Europa, convenció a Italia de formar parte del Plan Marshall americano y de unirse a la OTAN. Su fuerte cooperación con los Estados Unidos tuvo lugar al mismo tiempo que Italia tenía uno de los partidos comunistas más grandes de Europa occidental.

 

DEMOCRACIA, ACUERDO Y LIBERTAD

De Gasperi creía que la Segunda Guerra Mundial enardeció a todos los europeos la siguiente lección: “el futuro no se construirá por la fuerza, ni por el deseo de conquista, sino por la aplicación paciente del método democrático, el espíritu constructivo de acuerdo y el respeto a la libertad”. Eso es lo que dijo cuando aceptó el premio Carlemany por su compromiso europeísta en 1952. Esta visión explica su rápida respuesta a la llamada de Robert Schuman el 9 de mayo de 1950 por una Europa integrada, que condujo a la fundación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (ECSC) un año después. Se convirtió en el primer presidente de la Asamblea Parlamentaria de la CECA en 1954. Y aunque finalmente el proyecto fracasó, De Gasperi fue un defensor de la política común europea de defensa.

 

COMUNIDAD ECONÓMICA EUROPEA

Durante estos primeros pasos hacia la integración europea, el papel de De Gasperi ha sido descrito como el de mediador entre Alemania y Francia, divididas por casi un siglo de guerra. Durante los últimos años de su vida también fue una fuerza inspiradora detrás de la creación de la Comunidad Económica Europea. Aunque no viviría para que esto llegara a buen puerto –murió en agosto de 1954–, su papel fue ampliamente reco-negado cuando se firmaron los tratados de Roma en 1957.

Sus antecedentes, sus experiencias bélicas, vivir bajo el fascismo y formar parte de una minoría hicieron que Alcide De Gasperi fuera muy consciente de que la unidad europea era necesaria para curar las heridas de dos guerras mundiales y ayudar a evitar que las atrocidades del pasado volvieran a suceder. Estaba motivado por una visión clara de una Unión de Europa que no sustituiría a los estados individuales, sino que permitiría que se complementaran.

 

De Gasperi estrechando la mano al Canciller alemán Konrad Adenauer (Roma, 1953)