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Por Baldiri Ros, Presidente de l’Institut Agrícola

 

A menudo somos víctimas de una sociedad insatisfecha y desmedida. Hoy es necesaria una educación que nos conecte con la austeridad y la sencillez. Devolver el valor al origen de cada cosa, reencontrar también el noble uso y existencia de los alimentos.

La producción de alimentos es una cuestión trascendente y, por ello, es necesario impulsar la agricultura viable y competitiva. La esencia es poner en valor de libre mercado las materias alimentarias. Esto beneficia al conjunto de la humanidad, beneficia al medio ambiente y beneficia especialmente a aquellos que entienden la actividad productiva primaria como una actividad empresarial.

Obligadamente, las materias primas alimentarias vuelven a ser importantes en el mundo desarrollado y las tenemos por bastantes años. Es necesaria tranquilidad y plena confianza en la profesionalidad de nuestros empresarios agrarios.

Hoy el empresario agrario debe saber dar una respuesta realista a las nuevas necesidades sociales y a las específicas condiciones de mercado. Esta actitud debe ayudar a reformar el desordenado y conflictivo marco legislativo de la actividad agraria, tanto en territorio como medioambiental, pues el principal activo que nuestras empresas disponen, es la tierra, en la mayoría de los casos de propiedad y esta es totalmente indisociable de la actividad económica.

También debemos conseguir integrar con normalidad la utilidad de los conocimientos de la agroecología y las ciencias del paisaje agrario, al servicio de un desarrollo económico, donde el respeto al medio ambiente sea una oportunidad y no un impedimento.

Preocuparse por el cambio climático, el medio ambiente o las emisiones de CO2 es bueno y positivo. Los científicos y los técnicos deben estudiar todo aquello que pueda perjudicar a las personas que habitan la tierra, y que propongan medidas reales y realistas para paliarlo. Pero hoy y ahora es imprescindible que los gobiernos se preocupen de garantizar la alimentación de las personas.

Agregar adjetivos a la agricultura es restarle la capacidad necesaria para ser viable y competitiva. “Agricultura sostenible, medioambientalmente correcta, de calidad, ecológica, artesanal, tradicional, de proximidad”, son vocablos que siempre han sido respetados y tenidos en cuenta por la agricultura. No era el fin, pero sí unas consecuencias colaterales positivas de la actividad agraria (paisaje, cuidado del medio ambiente, sumidero de CO2, de calidad y segura).

Es pues la cuestión trascendente, la de recuperar la función primera de la agricultura que es la de producir alimentos por razones de seguridad en el mundo. Nada es tan peligroso, en economía, como que los alimentos escaseen, los precios se disparen y las personas tengan dificultades para alimentarse correctamente.

Por primera vez, en economía, se cumple la máxima de “Primero, lo Primero” y lo “primero” es comer y por eso hay que producir y quienes producen son las empresas agrarias y a este menester es a lo que debemos dedicarnos. Las personas, el medio ambiente, el cambio climático, el agua y la biodiversidad nos lo agradecerán.

Octubre, 2022