La empresa agroalimentaria es la única vía para empujar la actividad económica, el empleo y las inversiones que soporten el crecimiento y desarrollo del territorio tanto a corto como a largo plazo.
La ambición de que Catalunya sea uno de los puntos neurálgicos de la producción agroindustrial a nivel europeo requiere de alinear posturas y detectar y acabar con todos aquellos “cuellos de botella” que impiden la consecución de este objetivo.
Las dos organizaciones comparten el diagnóstico de que es necesario un nuevo modelo de relaciones entre los diferentes componentes de la cadena de valor agroalimentaria, para contar con un marco regulatorio modernizado y eficiente.
Barcelona, 15 de noviembre de 2024
El Institut Agrícola Catalá de Sant Isidre ha recibido a una delegación del Gremi de la Pagesía, en un encuentro que ha posibilitado cambiar impresiones sobre la situación del sector agroalimentario en Catalunya, el diagnóstico de los retos futuros que deben abordarse desde ahora y los cambios necesarios en el sector para un mejor funcionamiento de la cadena de valor agroalimentaria.
Ambas organizaciones comparten la necesidad de defender la empresa y la propiedad como ejes fundamentales para poder innovar, crecer y convertir la agroalimentación en una de las principales actividades económicas de Catalunya y de absoluta referencia en el sur de Europa. Ante una tendencia preocupante hacia el proteccionismo comercial y una geopolítica más inestable, es necesario reforzar las capacidades productivas propias, máxime si ya partimos de una base muy sólida competitiva como ocurre con una buena parte de la producción agrícola catalana.
En este sentido, Institut y Gremi coinciden en abordar prioritariamente lo que consideran “cuellos de botella” que impiden un crecimiento sostenido del sector. Uno de los ámbitos de trabajo será Europa, donde la nueva Comisión y Parlamento Europeo han dado muestras de cambio en las políticas climáticas que tanto están afectando a la competitividad del sector agroalimentario. De igual modo a nivel de la administración estatal y autonómica, en la que se necesita la voz de personas independientes, formadas, con experiencia y que viven el día a día del sector alejados de modelos de representación sectorial caducos.
Es necesario ir hacia un nuevo modelo de relaciones entre los diferentes componentes de la cadena alimentaria para convertirlo en palanca de crecimiento, innovación y tener el mejor marco regulatorio posible que permita adoptar las mejores prácticas científicas y técnicas disponibles. Un elemento fundamental que ha suscitado acuerdo entre las dos organizaciones es estar más presentes en proyectos europeos de innovación y desarrollo.
Como conclusión, ambas instituciones se han comprometido a seguir encontrándose de aquí en adelante para continuar trabajando en estos objetivos comunes.