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El primer Canciller de la República Federal de Alemania, que se situó al frente del nuevo estado formado de 1949-63, cambió la cara de la historia alemana y europea de la posguerra más que ningún otro individuo.

Como muchos políticos de su generación, Adenauer ya se había dado cuenta después de la Primera Guerra Mundial de que una paz duradera sólo se podía conseguir a través de una Europa unida. Sus experiencias durante el Tercer Reich (fue destituido del cargo como alcalde de Colonia por los nazis) sirvieron para confirmar esta opinión.

En los seis años de 1949-55, Adenauer consiguió objetivos de política exterior de gran alcance para vincular el futuro de Alemania con la alianza occidental: pertenencia al Consejo de Europa (1951), fundación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (1952) y entrada de Alemania en la OTAN (1955).

Una piedra angular de la política exterior de Adenauer fue la reconciliación con Francia. Junto con el presidente francés Charles de Gaulle se consiguió un punto de inflexión histórico: en 1963 los antiguos archienemicos Alemania y Francia firmaron un tratado de amistad, que se convirtió en uno de los hitos en el camino hacia la integración europea.

Nacido en Colonia católica el 5 de enero de 1876, la familia de Konrad Adenauer era de origen humilde, pero también de orden y disciplina inculcada por su padre. Su matrimonio en 1904 con la hija de una influyente familia de Colonia lo puso en contacto con los políticos locales, lo que le llevó a convertirse también en activo en política. Aprovechando al máximo su talento político, como miembro del partido católico Zentrum su carrera tomó vuelo y se convirtió en alcalde de Colonia en 1917. Este cargo incluyó la participación en grandes proyectos como la construcción de la primera autopista en Alemania entre Colonia y Bonn, y se dio a conocer como una personalidad decidida y decisiva. Alejándose de las convicciones políticas extremas que atraían a tantos de su generación, Adenauer se comprometió a inculcar diligencia, orden, moral y valores cristianos a sus conciudadanos.

Desde finales de la década de 1920 el Partido Nazi comenzó una campaña de calumnias contra Adenauer. Fue acusado de tener sentimientos antialemán, malgastar fondos públicos y de simpatizar con el movimiento sionista. Cuando en 1933, después de que los nazis hubieran tomado el poder, Adenauer se negó a decorar la ciudad con esvásticas para una visita de Hitler, fue despedido del cargo y sus cuentas bancarias congeladas. Entonces estaba sin trabajo, sin hogar y sin ingresos, dependiendo de la benevolencia de sus amigos y de la iglesia. Aunque permaneció tranquilo durante la duración de la guerra, fue arrestado en varias ocasiones. Tras el fallido intento de asesinato de Hitler en 1944, Adenauer fue encarcelado en la famosa prisión de la Gestapo en Colonia Brauweiler.

Después de la guerra, Adenauer fue reinstaurado como alcalde de Colonia por los norteamericanos, pero fue destituido poco después por los británicos, cuando Colonia fue transferida a la zona de ocupación británica. Esto dio a Adenauer el tiempo para dedicarse a la creación de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), que esperaba que unificaría a los alemanes protestantes y católicos en un solo partido. En 1949, se convirtió en el primer Canciller de la República Federal de Alemania (Alemania Occidental). Inicialmente, se pensó que Adenauer sería canciller por poco tiempo, ya que ya tenía 73 años en ese momento. Sin embargo, a pesar de esta creencia, Adenauer (sobrenombrado “Der Alte”, o “El Vell”) pasó a ocupar este cargo durante los siguientes 14 años, convirtiéndolo no sólo en el alcalde más joven de la historia de Colonia, sino también en el canciller más antiguo que Alemania haya visto nunca. Bajo su liderazgo, Alemania Occidental se convirtió en una democracia estable y consiguió una reconciliación duradera con sus países vecinos. Logró recuperar cierta soberanía para Alemania Occidental, integrando el país con la emergente comunidad euroatlántica (OTAN y Organización para la Cooperación Económica Europea).

Contribución a la integración europea

Las experiencias de Adenauer durante la Segunda Guerra Mundial lo convirtieron en un político realista. Sus puntos de vista sobre el papel de Alemania en Europa estuvieron fuertemente influenciados por las dos guerras mundiales y la animosidad entre Alemania y Francia durante un siglo. Por lo tanto, centró su atención en promover la idea de cooperación paneuropea.

Adenauer fue un gran defensor de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, que se inició con la Declaración Schuman el 9 de mayo de 1950, y también con el posterior tratado para la Comunidad Económica Europea en marzo de 1957.

Las opiniones de Adenauer sobre Europa se basaban en la idea de que la unidad europea era esencial para una paz y estabilidad duraderas. Por esta razón trabajó incansablemente por la reconciliación de Alemania con sus antiguos enemigos, especialmente Francia.  Más tarde, en 1963, el Tratado del Elíseo, también conocido como el Tratado de Amistad, puso el sello a esta reconciliación. Con ella, Alemania y Francia establecieron una base firme para unas relaciones que pusieron fin a siglos de rivalidad entre ellos.

Como resultado de su talento político, su determinación, pragmatismo y visión clara del papel de Alemania en una Europa unida, Adenauer aseguró que Alemania se convirtiera, y sigue siendo hasta hoy, en una sociedad libre y democrática. Esto ahora no sólo se da por hecho, sino que también está profundamente integrado en la sociedad alemana moderna.

Konrad Adenauer es una de las figuras más notables de la historia europea. La unidad europea era para él no sólo la paz, sino también una manera de reintegrar la Alemania postnazi en la vida internacional. Europa tal y como la conocemos hoy no habría sido posible sin la confianza que inspiró en otros estados europeos a través de su política exterior coherente. Sus éxitos aún son reconocidos por sus compañeros alemanes, ya que, en 2003, lo votaron “El mejor alemán de todos los tiempos”.

Konrad Adenauer fue uno de los primeros políticos con extraordinaria habilidad para tratar con los medios y transmitir mensajes a través de imágenes, sobre todo con lo que ahora se llaman relatos caseros.