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Un reciente estudio elaborado por el INSTITUTO AGRÍCOLA demuestra que, después de treinta y cinco años de existencia, las peores previsiones y augurios que hicimos se han cumplido.

 

Breve historia del Parque Agrario de El Baix Llobregat

La creación del Parque Agrario de El Baix Llobregat responde a un encargo de la Diputación de Barcelona de 10 de julio de 1997. Después de la tramitación correspondiente, el 26 de marzo de 1988, se aprobaron definitivamente de los Estatutos del Parc Agrari del Baix Llobregat.

El órgano gestor es el Consorcio del Parc Agrari del Baix Llobregat, formado por las siguientes instituciones y entidades: Diputación de Barcelona, Consejo Comarcal de El Baix Llobregat, Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, Unió de Pagesos de Catalunya, el Área Metropolitana de Barcelona y los Ayuntamientos de Castelldefels, Cornellà de Llobregat, Gavà, L’Hospitalet de Llobregat, Molins de Rei,  Pallejà, El Papiol, El Prat de Llobregat, Sant Boi de Llobregat, Sant Feliu de Llobregat, Sant Joan Despí, Sant Vicenç dels Horts, Santa Coloma de Cervelló y Viladecans.

Una vez aprobados los Estatutos, se emprendió la tramitación del Plan Especial del Parque Agrario de El Baix Llobregat. El objetivo principal, decían, era detener el proceso de degradación que sufría la agricultura de la Vall Baixa y el delta del río Llobregat mediante un documento urbanístico que regulara los usos, ordenara la división del suelo, las infraestructuras y construcciones, y garantizase así las condiciones necesarias para una producción agrícola competitiva y de calidad.

A dichos efectos el 4 de marzo de 1999 la Diputación de Barcelona aprueba el Avance del Plan Especial del Parque Agrario. Éste, después de la presentación de numerosas alegaciones \u2012incluyendo las del INSTITUTO AGRÍCOLA\u2012, la oposición de los empresarios agrarios \u2012nosotros recogimos casi seiscientos firmas en contra\u2012 y de una dilatada tramitación, se aprueba inicialmente el 15 de julio de 2002. Sometido a información pública, el 17 de diciembre de 2003 la Comisión de Urbanismo de Barcelona la aprueba definitivamente. Posteriormente, el 16 de junio de 2004 la misma Comisión de Urbanismo de Barcelona aprueba el texto refundido del Plan Especial.

 

La realidad ha sido otra

Pero todos aquellos objetivos que parecían muy loables y positivos, con el paso del tiempo se han visto que no se han cumplido. Nuestro estudio demuestra especialmente la excesiva regulación normativa creada que ha hecho desistir a muchas empresas agroalimentarias de continuar la actividad en el territorio, o ha hecho desistir a otras de implantarse, la falta de relevo generacional de las explotaciones por falta de incentivos y de una situación arrolladora, la existencia de una buena parte de los campos abandonados y la reducción estrepitosa del número de explotaciones.

Una muestra de ello es que solo nueve años después de la entrada en vigor del Plan Especial, se inicia un procedimiento de revisión. Concretamente, el 8 de octubre de 2013, se lleva a cabo la aprobación inicial de la revisión, la cual, después de un periodo de alegaciones \u2012 incluyendo las del INSTITUTO AGRÍCOLA\u2012, se rehace y el 25 de marzo de 2014, se lleva a cabo una segunda aprobación inicial. Finalmente el 5 de marzo de 2015 se llevará a cabo la aprobación definitiva, por la Comisión Territorial de Urbanismo del ámbito metropolitano de Barcelona −aprobado diez meses y medio después de la primera aprobación.

Diagnosis actual del Parque Agrario

La huerta en Cataluña sólo representa 9.702 hectáreas, equivalentes al 0,89% de la superficie agraria utilizada (SAU). Pero a pesar de esta poca representatividad superficial, representa un 7,74% de la producción final agrícola. Por lo tanto, el peso específico y la elevada productividad del sector hortícola es más que destacable e incontestable.

El grueso de las explotaciones hortícolas se concentra en el Baix Llobregat, Maresme y delta del Ebro. Pero cada vez son menos las explotaciones de huerta en Cataluña. En quince años se ha reducido un 32% la superficie de huerta.

 

 

El alcance superficial del Parque Agrario es de 3.348 hectáreas. Incluye un total aproximado de 4.400 parcelas catastrales. El Parque Agrario representaría, teóricamente, un 35% de la superficie de la huerta catalana. Pero no es cierto. Después de diecinueve años de vigencia de su Plan Especial ninguno de sus objetivos principales se han cumplido. Aproximadamente una tercera parte de la superficie cultivable está abandonada o se llevan a cabo usos no agrarios o están ocupados por infraestructuras. Analizando los datos de los campos declarados en la Declaración Única Agraria (DUN) de los últimos años, en los municipios de Viladecans, Gavà y Sant Boi de Llobregat también se hace evidente esta situación.

El número de explotaciones agrícolas, en el ámbito del Parque Agrario, se ha reducido ostensiblemente. De las 2.102 existentes en 1982 hemos pasado a 318 en 2020. Es decir, un 85% menos en 38 años. Y desde la creación del Parque Agrario —1999— hemos pasado de las 621 a las citadas 318 explotaciones. Es decir, un 49% menos, la mitad. Consecuentemente su existencia no ha servido para promocionar las explotaciones.

 

 

Desde la creación del Parc Agrari – 1999 – hemos pasado de 621 explotacios a 318. Un 49% menos. La mitad. Consecuentemente su existencia no ha servido para promocionar las explotaciones

Sólo un 16,3% de la horteliza que entra en MERCABARNA proviene de Cataluña. Y, de este porcentaje, proviene de la provincia de Barcelona el 74,0% de la hortaliza. Es decir, que sólo el 12% de la horteliza que entra en MERCABARNA provienen de la provincia de Barcelona. En 1996 era el 24% de la horteliza \u2012el doble\u2012 cuando estamos hablando de unas instalaciones que se encuentran junto al Parque Agrario.

No se instalan empresas agroalimentarias punteras —invernaderos inteligentes, cultivos sin suelo, IV gama, etcétera— por la falta de seguridad jurídica en sus inversiones, las limitaciones constructivas —especialmente por invernaderos y almacenes—, la irresolución hidráulica —inundaciones— y la falta de implementación de una red de telecomunicaciones moderna.

Cada vez hay más conflictos con los peatones y ciclistas que usan las mismas vías de circulación que los vehículos de las explotaciones agrícolas. Se prioriza el uso social del territorio frente al libre ejercicio de la actividad empresarial.

El Parc Agrari forma parte del Anillo Verde, una serie de parques naturales, que, a modo de pulmón verde, bordeaban el entorno de la ciudad de Barcelona y de su área metropolitana: Solivella y Corredor, Cordillera de Marina, Montseny, Sant Llorenç del Munt i l’Obac, Collserola, Montserrat, Garraf y Parc Agrari del Baix Llobregat. Por lo tanto, estamos hablando de una concepción de protección natural, y no de un espacio productivo de primer orden. Al mismo tiempo que la propuesta de ampliación de la ZEPA del delta del Llobregat, incorporando una buena parte del Parque Agrario, no haría más que sentenciar a muerte la actividad agraria.

La supuesta protección y blindaje del suelo no urbanizable agrícola, frente a unos supuestos y constantes movimientos especuladores para reclasificarlo en suelo industrial o terciario ya hace años que se han desvanecido. La superficie clasificada urbanísticamente como suelo no urbanizable agrícola —clave 24 del Plan General Metropolitano—, en 47 años de vigencia, no solo no se ha reducido, sino que se ha incrementado considerablemente —un 27%, unas 500 hectáreas. Terrenos antes clasificados de equipamientos o de sistema ferroviario han pasado a agrícola. Y solo se ha perdido terreno agrícola a resultas de ampliaciones y expropiaciones por infraestructuras comarcales o metropolitanas. Muchas de ellas, sin embargo, ya incluidas en reservas de suelo del propio Plan General Metropolitano:

El Plan Especial no podía, ni puede, modificar la clasificación urbanística del suelo. Por lo que, la zona de protección agrícola prevista por el Plan General Metropolitano de 1976, ha seguido igual, y no requería de un Plan Especial para su continuidad.

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Propuesta de modificación del Plan Especial

A partir de este diagnóstico y de los resultados y conclusiones tan negativas que se constatan, por parte del INSTITUTO AGRÍCOLA, junto con la “Tabla de trabajo para el desarrollo de la economía agroalimentaria del Baix Llobregat“, estamos trabajando para presentar una revisión urgente del contenido del Plan Especial. Esta propuesta tendrá, como objetivos básicos, los siguientes:

  • Convertir el Parque Agrario en una zona de actividad económica estratégica. Creando un polígono agroalimentario \u2012hub—, donde se asienten empresas agroalimentarias de primer nivel para abastecerse de los productos del Parque Agrario. Favoreciendo la comercialización y el consumo de productos kilómetro cero.
  • Potenciar y apostar por el cultivo de interior \u2012hivernacles\u2012 basadas en la aeroponía \u2012entorno de niebla sin suelo\u2012 y la hidroponía \u2012nutrientes dentro del agua, sin suelo. Llevar la innovación tecnológica, trabajando junto con los centros tecnológicos próximos \u2012IRTA y UPC, por ejemplo.
  • Apostar por la agricultura de precisión y la agricultura digital, ambas orientadas a optimizar la eficiencia de las explotaciones. Hay que disponer de las infraestructuras tecnológicas y de servicios adecuados \u2012 desechable eléctrico o placas, red móvil 5G, fibra óptica, etcétera.
  • Contemplar, dentro de los usos y aprovechamientos de las construcciones o instalaciones, todos los requisitos que incluyen las normativas sectoriales \u2012, higiene, seguridad, ambiental, etcétera para una actividad empresarial moderna.
  • Excluir las limitaciones o restricciones medioambientales que no sean propias de la normativa sectorial agrícola. La regulación propia de los espacios naturales protegidos no puede aplicarse fuera de su ámbito.
  • Plan de gobernanza único del sistema hidráulico con la presencia de todas las Administraciones, con el objetivo principal de reducir las inundaciones recurrentes. Establecer un plan de trabajo urgente de las actuaciones a realizar, así como un presupuesto adecuado.
  • Mejora de los recursos hídricos, con abastecimiento de agua de riego de calidad y en cantidad, incorporando agua regenerada agronómicamente aceptable, favoreciendo el uso eficiente y tecnificado. Hay que ir hacia un modelo de gestión circular del agua.
  • Un Servicio de Vigilancia que dé seguridad a las explotaciones agroalimentarias, especialmente en el respeto de las instalaciones y construcciones, y reducir los daños por la fauna salvaje.
  • Incluir la posibilidad de instalación de cierres perimetrales de las fincas con las dimensiones que den cumplimiento a las exigencias de las compañías aseguradoras.
  • Recogida selectiva de residuos y de envases de productos fitosanitarios.
  • Tratamiento integral de los restos vegetales para servir como proveedores de generación eléctrica o de calor (biogás).

 

 

 

Apostamos por que todo ello prospere, por el bien de un sector agroalimentario del delta del Llobregat que ha sido espeluznante para el resto de sectores y de territorios. Y no para que siga siendo el patio de un área metropolitana que sólo ve en el delta un jardín para ir a pasear por lugar de una zona con un alto potencial productivo y de primer nivel económico.